La mayoría de las mujeres experimenta cambios en los senos en algún momento de su vida. La edad, los niveles hormonales y las medicinas que toman pueden causar bultos, masas y secreciones a los cuales hay que prestar atención. El cáncer no es la única enfermedad que puede vulnerarlos.

Algunos cambios comunes en los senos son:

  • Cambios fibroquísticos de la mama: presencia de nódulos, engrosamiento e hinchazón que se presentan antes del período menstrual.
  • Quistes: abultamientos llenos de líquido.
  • Fibroadenomas: nódulos sólidos, redondos y gomosos que se mueven fácilmente con la presión, suelen aparecer con mayor frecuencia en las mujeres jóvenes.
  • Papilomas intraductales: protuberancias parecidas a las verrugas que crecen cerca del pezón.
  • Conductos lácteos obstruidos o tapados.
  • Producción de leche en mujeres que no están amamantando.

¿Cuáles son las enfermedades más frecuentes?

Mastodinia

La mastodinia dependiente del ciclo tiene un origen hormonal y puede aparecer acompañada de una alteración benigna del tejido glandular mamario. Se manifiesta mediante dolor que aparece de uno a siete días previos al inicio de la menstruación y desaparecen a su término.

Mastitis

La mastitis es la inflamación de la mama. Así, se inflaman uno o varios lóbulos de la glándula mamaria. Es una afección que da en mayor medida a las mujeres lactantes.

Las mastitis pueden ser bacterianas o no. Si son mastitis bacterianas o infecciosas, el agente principal que las causa es el Staphylococcus aureus. En ocasiones, la producción masiva de la hormona prolactina (que estimula la producción de leche) o una alteración benigna del pecho (mastopatía) pueden ocasionar la inflamación de la glándula mamariaTambién ciertos tumores o el cáncer de mama se pueden manifestar con mastitis.

Quiste mamario

Es una lesión que se manifiesta en la mama. Suele presentarse como un bulto en forma de saco rodeado por una cápsula y que contiene líquido que puede ser poco o muy viscoso. En un principio, el término quiste no indica si se trata de una alteración maligna o benigna. En el pecho pueden aparecer quistes (quistes mamarios) aislados (quistes solitarios) o múltiples como en el caso de enfermedades tales como la mastopatía (alteración benigna del tejido de las glándulas mamarias).

Los quistes mamarios no suelen ocasionar ninguna molestia. Por eso, los quistes suelen descubrirse en la exploración táctil que realiza el ginecólogo o en la autoexploración. A veces el pezón, expulsa una secreción, lo que puede ser síntoma de un quiste mamario y debe consultarlo con su médico.

¿Cómo cuidar los senos?

Es importante llevar un control de la salud mamaria y estar atentas ante cualquier irregularidad que presenten. Sumado a esto, resulta conveniente adoptar una serie de hábitos que contribuyen a mantener los senos protegidos y saludables:

  1. Masajes

Los masajes regulares sobre los senos son una de las mejores formas de activar el flujo linfático y la circulación en el tejido mamario. Estos se empiezan con un suave movimiento en la axila. Para continuar en el lado del cuerpo y finalizar con una suave presión del pezón.

No se deben confundir con los autoexámenes mensuales. Pero sí se debe tener en cuenta que también son útiles para detectar anomalías.

  1. Mantener un peso saludable

Las mujeres con sobrepeso y obesidad tienen el doble de riesgo de padecer cáncer de seno en comparación con las que mantienen un peso saludable y estable. Así pues, cuidar el peso es una cuestión de salud que se puede mantener a través de una dieta balanceada, la práctica diaria de ejercicios físicos y otras buenas rutinas.

  1. Hacer ejercicio

El ejercicio físico diario es la forma más efectiva de evitar que el sistema linfático presente obstrucciones. Dado que facilita la eliminación de las toxinas que circulan a través de este.

El Instituto Nacional del Cáncer reveló que este hábito puede llegar a reducir el riesgo de cáncer entre el 20 y el 80%. Con su práctica también se liberan hormonas que pueden proteger frente al desarrollo de células malignas en las mamas, además de que contribuye a mantener un peso adecuado.

  1. Evitar el alcohol

El consumo excesivo de alcohol conduce a la acumulación de toxinas en el organismo. Además  disminuye el rendimiento de los órganos excretores. Como consecuencia, incrementa la retención de líquidos y el riesgo de cáncer derivados de la respuesta inflamatoria del cuerpo.

  1. Conocer los antecedentes familiares

Se estima que más de un 15% de los diagnósticos de cáncer de mama tienen que ver con algún antecedente familiar.

Cuando un familiar de primer grado tuvo este tipo de cáncer, el riesgo se multiplica de dos a cinco. La importancia de ser conscientes de estos antecedentes es que se realizarán más exámenes periódicos para detectar alguna anomalía.

  1. Hacer chequeos regulares

Lo más aconsejable, ciertamente, son las revisiones médicas. Dado que son muchos los factores que pueden conducir al desarrollo de cáncer, quistes y otras molestias en los senos. Como mínimo cada tres años.

A partir de los 40 años, en especial en casos de riesgo genético, las pruebas se deben llevar a cabo una vez al año. Es primordial que los exámenes comiencen unos 10 años antes de la edad en que el familiar tuvo la enfermedad.

  1. Consumir agua

El consumo diario de agua desempeña un papel principal en la entrega de vitaminas, minerales y todos los nutrientes que estas requieren. De hecho, el agua natural nos sirve para apoyar el óptimo funcionamiento del sistema linfático y circulatorio.

¿Qué tanta atención le prestas a tus senos? Si eres de las que tiende a descuidarlos un poco, comienza a tener en cuenta estos sencillos consejos para conservarlos sanos. No obstante, recuerda visitar al médico en cuanto encuentres algo fuera de lo normal.

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